El equipo de gobierno del PP en la capital granadina tenía dos variables principales a la hora de implantar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), la que impide circular por ciertos espacios a los coches más antiguos y contaminantes: la mayor o menor amplitud del espacio restringido y a quiénes afecta la restricción. La elección ha sido finalmente convertir casi toda la ciudad en ZBE y legislar que solo afecte a quienes no están empadronados en la capital, sin mayor limitación en el tránsito para quienes viven en ella. Desde el 1 de abril, ningún coche de gasolina matriculado antes de 2001, o de 2006 si es diésel, podrá circular por Granada si el dueño no es residente en la ciudad. Esos mismos coches, sin embargo, pueden circular libremente si el propietario está empadronado en la capital. En definitiva, lo relevante no es la capacidad contaminante del auto, sino el código postal de su titular. La capital ha hecho una norma que, finalmente, legisla sobre los no capitalinos.
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