La primera jornada de la segunda ronda de la Copa había comenzado hacía una hora cuando el reloj marcaba las 20:00 horas de ayer. Sin novedades en ninguno de los frentes. Sin sorpresas al filo del descanso. En Portugalete, 0-1 para Alavés; en Soria, 0-2 para el Mallorca; en Ferrol, 0-1 a favor del Huesca. Los fuertes se fagocitaban a los débiles en la atonía del procedimiento administrativo ordinario cuando en el estadio Modular de Zaragoza ocurrió lo inesperado. Después de un córner a favor de Osasuna, cuando el modesto Ebro se encajonaba en su área, la pelota cayó a los pies de un rebelde. Víctor Charlez se llama. Protegió el balón empleando su cuerpo robusto, macizo, y arrancó como si los muelles de sus pantorrillas obrasen el prodigio. Más que correr, rebotó a lo largo de 70 metros, eludiendo rivales como lo había hecho un rato antes, pero esta vez consiguió dejar solo al destinatario de su pase: nada menos que Kevin Soreiro.
https://ift.tt/SECNU59
0 Comentarios